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El Cáncer del Talentoso

El Cáncer del Talentoso

No hay nada más frustrante para un talentoso que darse cuenta que alguien menos talentoso, produce igual o mejor trabajo que él.

Desde muy pequeño jugué futbol. Consideraba tener cierto talento o agilidad natural para ese deporte.

Recuerdo estar bastante puberto cuando pusieron en mi colegio unas mesas de Ping-pong. Después de ver a los mayores jugar, quedamos fascinados por ese nuevo deporte que se nos presentaba.

Rápidamente mi grupo de amigos y yo (el grupo que, según nosotros, era talentoso naturalmente), dejamos por completo el futbol. Conseguimos raquetas para ping-pong, y pasamos los próximos 6 meses del año rebotando la pelota sobre la mesa de lado a lado.

Durante nuestro retiro temporal de las canchas de futbol, otro grupo de compañeros a los que no considerábamos tan talentosos (sí, un poco arrogante de nuestra parte) tuvo las porterías a sus disposición por meses.

Sobra decir que durante ese tiempo hicieron cientos de tiros. Entre ellos perfeccionaron muchas jugadas, y por mucho se volvieron uno solo con la cancha.

Un día, mi grupo de amigos y yo, decidimos volver a jugar futbol. Hicimos los equipos de siempre, y perdimos aplastantemente. Y no, no era que “estuviésemos fríos”. Nuestros compañeros que no dejaron de practicar ni un solo día durante meses, ahora eran por mucho, superiores a nosotros.

Aunque fue muy frustrante, y me tomó muchas semanas volverme a sentir a nivel, me dejó una gran lección. Mientras vos descansas y te distraes «por ser talentoso», hay otra persona que nunca paró.

Como dice Freddy Vega: no importa si a alguien le tomó tres años aprender inglés, y a otro le tomó tres meses. Si los dos saben inglés, los dos valen lo mismo en el mercado.

El otro lado de la moneda de esa lección, es que nosotros podemos ser ese que nunca paró. Ese que a pesar de no tener los genes de su lado, los forzó a expresarse de la mejor manera gracias a la práctica insaciable.

No es bullshit motivacional, es matemática. 1+1 no es gran cosa. Pero de 1 en 1 se llega a 1000. Y eso ya significa una distancia considerable con respecto al punto de inicio.

Citando a Roberto Martínez: una realización muy poderosa en la vida es entender que lo único que te separa del lugar donde quieres estar, es una cantidad finita de trabajo.

Y ahora me doy cuenta que me tomó un par de años entender la historia de la liebre y la tortuga.

Pero ¿qué te parece si mejor nos ponemos a trabajar? Súmale un 1 hoy a tu cuenta. Mucha suerte.

-Jose.

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