Lo poco da satisfacción
De adolescente me topé con una realización que hasta el momento ha sido una bendición y una maldición: toma muy poco tiempo hacer las cosas.
Si midiéramos en una tarea el tiempo realmente productivo, podríamos pasar 4 horas sentados, pero solo haber hecho 1 hora de trabajo.
Eso me llevó a ser haragán la mayoría de veces. Pues sabía que podía pasar todo el día sin hacer tareas, pero pasar de 9pm a 1am sentado en mi escritorio y sacar casi todo lo de la semana en el colegio.
Pero acá está el problema…
Al salir de la adolescencia y empezar a tener metas, nunca parecía ser suficiente. Incluso si había leído un libro, yo quería haber leído dos. Porque sabía que en un día, si pasara realmente ocho horas sentado haciendo algo, se podían hacer MUCHAS cosas.
Estaba muy equivocado.
Los últimos dos meses en cambiado mi modus operandi. He dejado de ver las metas como acciones diarias, y lo he trasladado a acciones semanales.
Eso me ha llevado a saber que incluso si desperdicio toda la semana, pero los últimos dos días rompo todo mi sueño y cumplo con el trabajo, el avance se mantiene.
Eso sí: no es discutible no dar el máximo para cumplir con las metas semanales.
Al tener metas semanales mis días se han mucho más livianos. Ya no necesito sentir tener 10 horas productivas en el día. Me doy cuenta que con unas dos o cuatro sale todo lo necesario para hacer una semana productiva.
Ya no me enfoco en hacer 1 hora diaria de un curso. Hago 4 horas semanales de ese curso, a mi ritmo. Sabiendo que hay algo llamado “vida” que puede cambiarnos los planes un día. Pero mientras cumpla lo de la semana está bien.
Tal vez te sirva.
Abrazo.
JoseLibros 
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