No eres especial
Si todos los niños fueran especiales, al crecer serían todos adultos especiales. Entonces… si lo especial es lo normal: nadie es especial.
Cuando tenía 11 años, en mi colegio hubo una reunión de papás. Le dijeron a mi mamá “su hijo tiene mucho potencial. Es un niño muy inteligente, solo necesita hacer tareas”.
Cuando ella me lo contó, incluso me llegué a sentir inspirado.
Como todos los padres habían sido citados, mis amigos también tenían cosas para contar. Cabe decir que mis dos mejores amigos en ese entonces, no eran los más brillantes.
El amigo 1, comenzó a hablar jactado. Nos contó que le habían dicho a su mama que él era una persona que “tenía mucho potencial. Era un niño muy inteligente y solo necesita hacer tareas”.
El amigo 2 sintiéndose identificado comenzó a hablar. Dijo que su mamá estaba más tranquila porque le habían dicho que era “un niño muy inteligente, con mucho potencial, que solo necesita hacer tareas”.
A la fecha no sé si ellos hayan reconocido el patrón en nuestra conversación. Pero en ese momento se esfumó mi confianza a ese tipo de reuniones.
Perdí la confianza en las afirmaciones que hacían los profesores. Esas que aparentaban ser un script memorizado que repetían como robots a todos los papas de niños sin mucho futuro académico.
Pero… eso tiene un lado bueno.
Ser especial significaría que aquellas cosas que quiero alcanzar me saldrían fácil. Sin mayor complicación. Casi algo natural de mi propia personalidad.
No ser especial es en realidad la mejor de las opciones. Lo pone todo en matemática más simple.
Siempre que quiera llegar a un lugar: puedo estar seguro que va a tomar muchas horas. Si quiero ser bueno en una materia, puedo saber que va a tomar una cantidad considerable de estudio. Esto es de ayuda.
El tener presente el trabajo que va a tomar algo, lo vuelve más alcanzable. Al estar en un escenario pesimista se trabaja duro.
Asume que va a tomar mucho sudor.
Y empieza, porque no eres especial.
-Jose.
JoseLibros 
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